ENTREVISTA EXCLUSIVA.- La figura del reaseguro ha sido siempre clave para el mercado asegurador, y con el paso del tiempo se ha tornado cada vez más importante, en un mundo donde los eventos catastróficos no se detienen, los riesgos sistémicos se potencian y la era pospandemia deja muchos más retos de cara al futuro.
Kaspar Mueller es Presidente de Reaseguros para Latinoamérica de Swiss Re, siendo parte de la reaseguradora hace más de 12 años. Formado en Suiza e Italia, el ejecutivo hoy se desempeña en Miami, Estados Unidos, teniendo a cargo toda nuestra región.
En este mano a mano, se detiene en la escalada de las pérdidas por eventos catastróficos, principalmente por cambio climático (inundaciones e incendios forestales) pero también por otros factores de creciente relevancia. Habla de la amplia brecha de protección del seguro en América Latina, y el papel del reaseguro para ayudar a que las sociedades sean más resilientes.
Además, explica por qué la innovación combinada con el análisis de nuevas fuentes de datos, ampliará el alcance de los seguros y creará nuevas oportunidades, incluyendo todo lo que hace a los seguros paramétricos y esquemas mixtos con participación público-privada para el desarrollo de nuevas coberturas.
InsurMarket Latam: ¿Qué diagnóstico hacen respecto a la intensidad y frecuencia de los eventos catastróficos que se han dado en el último tiempo?
Kaspar Mueller: De acuerdo con datos de los reportes sigma del Swiss Re Institute, las pérdidas por eventos catastróficos han tenido una tendencia de crecimiento a largo plazo relativamente estable de entre el 5% y 7%. Aunque típicamente este crecimiento se atribuye al cambio climático, la realidad es que la mayor parte del incremento en las pérdidas por eventos catastróficos puede explicarse por factores tales como aumentos en los valores de propiedad, urbanización en áreas expuestas y cambios en el comportamiento de los siniestros.
Sin embargo, el cambio climático explica en gran medida la mayor frecuencia y gravedad de los riesgos secundarios, tales como las inundaciones y los incendios forestales. Si bien estos tipos de eventos normalmente representaban menos del 20% de las pérdidas por catástrofes, en los últimos años han pasado a representar más del 50% de las pérdidas de manera consistente.
IML: ¿Cuál es y cuál debe ser el rol del reaseguro ante siniestros de la magnitud del terremoto de Turquía, con miles de víctimas fatales, desaparecidos y cuantiosas pérdidas económicas?
K.M.: La brecha de protección sigue siendo alta en todo el mundo, especialmente en América Latina, donde la conciencia, la asequibilidad, el diseño y el acceso a los productos juegan un papel importante. El reaseguro puede desempeñar un papel clave para ayudar a que las sociedades sean más resilientes y gestionar el impacto financiero después de un evento catastrófico.
A medida que los riesgos evolucionan y se vuelven más complejos, el papel de las reaseguradoras también evoluciona de ser un proveedor tradicional de transferencia de riesgos/capital, a asociarse con las aseguradoras en varios frentes, volviéndose más proactivos y con visión de futuro. La innovación en el desarrollo, procesamiento y distribución de productos, combinada con el análisis de nuevas fuentes de datos, ampliará el alcance de los seguros y creará nuevas oportunidades y crecimiento, lo que permitirá a los consumidores un acceso más fácil a los seguros.
IML: Desde la faz preventiva y para morigerar los impactos de este tipo de eventos catastróficos, ¿qué se debe hacer? Los países con riesgo de terremotos, en general, ¿están preparados ante su ocurrencia?
K.M.: Prevenir terremotos o desastres naturales es casi imposible. Pero hay pasos que se pueden tomar para mitigar su impacto y reducir el riesgo de pérdida de vidas y daños a la propiedad.
El nivel de preparación en todo el mundo varía. Algunos países han desarrollado sólidas estrategias de resiliencia ante terremotos. A menudo depende de factores como la frecuencia y la gravedad de los terremotos en una región en particular, el nivel de desarrollo económico y la solidez del compromiso del gobierno con la prevención.
Los pasos para mitigar el impacto de un terremoto serían, desarrollar regulaciones y hacerlas cumplir para que las infraestructuras puedan resistir la actividad sísmica; sistemas de alerta temprana para detectar el inicio de un terremoto y brindar alerta avanzada permitiendo que las personas busquen refugio; educación y formación en medidas de seguridad; preparación para emergencias, con planes de respuesta desarrollados y probados para garantizar su eficacia. La cobertura de seguro también puede marcar una gran diferencia.
IML: Y pensando en instrumentos que ofrece el mercado, fuera de los tradicionales, ¿el seguro paramétrico emerge como una alternativa innovadora ante estos riesgos? ¿Cuáles son sus principales características y/o diferenciales?
K.M.: A diferencia de los seguros tradicionales, los seguros paramétricos se activan cuando se cumplen parámetros predeterminados tales como la velocidad del viento de un huracán o la magnitud de un terremoto. Los seguros paramétricos no requieren un proceso de ajuste, por lo que la compensación suele ser mucho más rápida que en los seguros tradicionales.
Los seguros paramétricos pueden ser una alternativa interesante a los seguros tradicionales, como complemento. Pueden ayudar a cubrir indirectamente ciertos riesgos no asegurables, como pérdidas consecuenciales sin daños materiales o riesgos fuera del apetito del mercado asegurador. Por otro lado, el seguro paramétrico es una solución para el fondeo de la atención inmediata ante desastres, especialmente para los gobiernos que tienen una cartera de activos amplia y dispersa.
Otro ejemplo es la transferencia del riesgo de seguros al mercado de capitales a través de bonos de catástrofe, que en su mayoría se activan con disparadores paramétricos.
IML: ¿Cómo hoy ayuda la tecnología para poder anticiparse a eventos catastróficos y para desarrollar mejores modelos de predicción?
K.M.: Desde hace más de 20 años, el uso de modelos catastróficos ha sido la base para el análisis y suscripción de este tipo de riesgo para la mayoría de las compañías re/aseguradoras. Los modelos catastróficos tienen una constante evolución, tanto por el lado tecnológico como por la actualización de las bases teóricas a partir del estudio de observaciones reales y tendencias.
Un ejemplo de la evolución tecnológica en la modelación catastrófica fue el reciente lanzamiento por parte de la empresa Oasis, de un estándar de datos de exposición para riesgos cibernéticos en conjunto con varios participantes de la industria, incluyendo Swiss Re. Este estándar ayudará a aumentar la calidad y transparencia de la información disponible sobre este riesgo, lo que a la larga debería ayudar a liberar más capital para aumentar la disponibilidad de este tipo de seguros.
En cuanto a la base teórica de los modelos, un reto importante es el peso cada vez más relevante de los riesgos secundarios, tales como inundaciones, granizo e incendios forestales. Históricamente, el desarrollo de modelos se había enfocado en riesgos primarios como terremotos y huracanes, para los cuales existen modelos relativamente sofisticados y confiables. Como resultado del aumento en la frecuencia y severidad de los riesgos secundarios, el enfoque de la industria está en el desarrollo de mejores modelos de predicción para este tipo de eventos. Particularmente en el modelado de inundaciones, que requiere un cambio de mentalidad de mirar principalmente eventos pasados a considerar también los cambios esperados en el terreno y la construcción.
IML: Finalmente, ¿se viene trabajando o bien se debe aspirar a constituir esquemas mixtos con participación pública-privada, con un enfoque colaborativo, para enfrentar de una manera más robusta este tipo de siniestros?
K.M.: Si bien se han realizado esfuerzos para prevenir y mitigar el impacto de los desastres naturales, siempre hay espacio para mejorar. Un enfoque que ha cobrado fuerza en los últimos años es el establecimiento de esquemas mixtos con participación público-privada. Dichos esquemas reúnen al gobierno, las aseguradoras y otras partes interesadas para gestionar colaborativamente los riesgos asociados con las catástrofes naturales.
Las ventajas de estos esquemas son muchas. Pueden ayudar a distribuir el riesgo financiero asociado con las catástrofes naturales entre una base más amplia, lo que puede hacer que los seguros sean más asequibles y accesibles para las personas y las empresas. También pueden proporcionar un mecanismo para que los gobiernos compartan la carga financiera de responder a los desastres naturales, lo que puede ayudar a proteger las finanzas públicas y prevenir perturbaciones económicas a gran escala.
Algunos ejemplos exitosos son México y Chile, mientras que el primero ha logrado una sólida estrategia de financiamiento y seguro de riesgo de desastres que combina la protección de bonos catastróficos paramétricos contra terremotos y huracanes, así como la cobertura de indemnización de NatCat, el segundo ha emitido recientemente un gran bono catastrófico conjunto y un canje, operación que brinda cobertura de seguro contra terremotos y tiene en discusión en el Congreso Nacional una ley para la creación de un fondo de autorretención para desastres naturales.