Fenómenos como la alta inflación y los conflictos globales han elevado el nivel de conciencia de las organizaciones respecto a la importancia de identificar de manera oportuna riesgos estratégicos, tanto internos como externos. Actualmente, han logrado tener una mayor claridad sobre aquellos que pueden amenazar sus operaciones, especialmente en un entorno tan cambiante.
Así lo señalan en el estudio denominado Riesgos en México y Centroamérica 2023 fortalecer la resiliencia ante la incertidumbre global, Juan Carlos Reséndiz, socio líder de asesoría de gobierno corporativo de KPMG, Juan Carlos Ortiz, socio de asesoría de gobierno corporativo y cumplimiento de KPMG, y Arturo Carvajal, socio de asesoría de KPMG en Panamá y líder de asesoría para clúster de Centroamérica y República Dominicana.
Hoy la materialización de los riesgos es potencialmente más impactante y acentuada por los avances de la tecnología, la velocidad de la propagación social, y los fenómenos naturales, entre otros. Ante esto, contar con un programa de gestión adecuado marca diferencia para promover la sostenibilidad del negocio en el largo plazo, apunta KPMG.
Las organizaciones. al contar con ese tipo de información como base, logran vislumbrar un panorama sobre los riesgos a los que están expuestas, así como las acciones y herramientas para gestionarlos de manera integral, resalta la firma.
El estudio también refiere que entre los riesgos internos que tienen una mayor relevancia en la organización se encuentran, en primer lugar, el perder o no atraer al talento necesario. con 68 por ciento en México y 61 por ciento en Centroamérica; el segundo riesgo, rezagarse en innovación y transformación digital (54 por ciento en México y 71 por ciento en Centroamérica); en tercer lugar, carecer de un ambiente de control interno y procesos (41 por ciento en México y 34 por ciento en Centroamérica).
Por lo que respecta a los riesgos externos, añade KPMG, si bien éstos no dependen de las organizaciones, sí el prepararse ante los posibles impactos en su dinámica operativa. En ese sentido, la recesión económica global figura como el principal riesgo externo a considerar con el 60 por ciento en México y 69 por ciento en Centroamérica; la inseguridad y falta de estado derecho, con 55 por ciento México y 31 por ciento Centroamérica, y los ciber ataques 53 por ciento en México y 44 por ciento en Centroamérica.
Asimismo, la empresa autoras del estudio considera que la reconfiguración de los modelos de negocio representa el efecto más relevante que podría enfrentar las organizaciones en México y Centroamérica. Ante la materialización de algún riesgo, señala, seis de cada 10 encuestados lo menciona, esto es 59 por ciento. Antes está situación, combinar los elementos de transformación digital y talento con inversión en innovación puede delinear una reconfiguración oportuna y eficiente.
Debido a que el entorno actual es cada vez más disruptivo e inevitablemente influenciado por conflictos regionales, disputas comerciales y movimientos sociales que impactan en la estructura y operación de los negocios, se hace prioritario fortalecer las capacidades de anticipación ante los riesgos, indica la firma.
Por otro lado, el elevado nivel de interconexión, como la que se desprende de la digitalización de elementos como la inteligencia artificial, establece la necesidad de entender con profundidad los riesgos operación de las tecnologías de la información y las amenazas de ciber seguridad que implican.
El poder identificar un riesgo constantemente señalado por los encuestados como la pérdida de talento y la incapacidad para retenerlo, va ligado a la innovación y transformación digital, temas clave para mantener en camino los objetivos de crecimiento y de continuidad de las operaciones de la organización. La digitalización y la automatización, aunadas al talento adecuado y motivado, pueden generar una potencial reconfiguración operativa del modelo de negocio, se resalta en el estudio.
Por todo lo anterior, KPMG concluye que es indispensable señalar que el liderazgo del Consejo de Administración es fundamental para el despliegue del programa de gestión de riesgos para obtener los mayores beneficios posibles, entre los que destacan generar información útil para la toma de decisiones de alto impacto, fortalecer la capacidad de anticipación, e inculcar una cultura de gestión de riesgos en toda la organización con el objetivo de blindarse ante eventos adversos y aprovechar las oportunidades que el mercado presenta.