En Brasil, a pesar de que el Sistema Único de Salud ofrece atención universal, más de 50 millones de personas tienen algún tipo de seguro de salud privado. Solo en 2022, el sistema sufrió una pérdida de más de R$ 10 mil millones, según información de la Federación Nacional de Salud Suplementaria. Un estudio del Instituto de Salud Suplementaria (IESS, por sus siglas en portugués) de 2016 concluyó que los procedimientos innecesarios o fraudulentos en la salud suplementaria representan el 15% del total de los gastos médicos y de asistencia.
José Cechin, Superintendente Ejecutivo del IESS, afirma que las fraudes en los seguros de salud impactan al sector. La pérdida en 2022 fue la más alta registrada en las últimas dos décadas según datos de la Agencia Nacional de Salud Suplementaria (ANS).
Los corredores son la interfaz de la operadora y representan al contratante. Pueden desempeñar un papel educativo, informando y asesorando sobre el buen uso del plan, evitando que acciones ilegales perjudiquen nuestro sector», declara Cechin.
Según Marcos Novais, Superintendente Ejecutivo de Abramge (Asociación Brasileña de Planes de Salud), invertir en una comunicación transparente con la población es fundamental para que el mercado crezca. «Es necesario cambiar la percepción de la sociedad sobre cómo funciona realmente un plan de salud. Cambiar la imagen que las personas tienen de nuestro sector es importante para que comprendan cuánto ayuda la salud suplementaria a miles de familias. Además de invertir en la comunicación, es deber de las entidades del mercado tener un diálogo directo con los agentes del Gobierno para que conozcan nuestro segmento y adopten medidas que nos beneficien».
En un evento organizado por Sindiplanos (Sindicato de Corredores de Planes de Salud), Cechin comentó sobre otros factores que influyen directamente en los precios y en la operación de los planes de salud.
Lo único seguro que tenemos es el aumento de los costos de la salud. Existe una tendencia de expansión en el número de enfermedades crónicas en la sociedad debido al aumento de la longevidad. En 2060, Brasil tendrá más del 28% de su población con más de 65 años. Además, el desarrollo de la tecnología aplicada a la salud impacta en el mercado, ya que con la modernización de los procedimientos hay un avance en la elegibilidad. Debemos pensar en medidas para enfrentar el aumento de los gastos en el sector», concluye.