Categóricamente, la industria aseguradora tiene la mayor oportunidad de expansión si atiende a los nichos poblacionales económicamente más afectados, y para atraer a esa franja social, es importante que el sector logre interpretar adecuadamente cómo se modificó a partir de la pandemia el comportamiento y las prioridades de consumo de esta clase social, para así poder con mucha precisión conectar y solventar los requerimientos del nuevo consumidor.
Es el señalamiento de Bernhard Klein Wassink, EY Global Insurance Customer and Growth Offering Leader en el documento “¿Están sus soluciones de seguros en sintonía con las nuevas necesidades de los consumidores?” en el que explica que, a finales de 2020, el equipo de seguros de dicha organización llevó a cabo una encuesta mundial entre 2,700 consumidores y 1,200 propietarios de pequeñas empresas para entender cómo la pandemia afectó sus vidas.
El sondeo se centró específicamente en sus necesidades de Líneas Personales y productos de seguros de Vida y Jubilación; y para comprender mejor las preocupaciones y preferencias de producto de los encuestados, EY agrupó a las personas en tres segmentos: los más afectados económicamente, los moderadamente afectados económicamente y los menos afectados económicamente.
Desde su perspectiva, en todos los segmentos existen claras oportunidades basadas en el cambio de prioridades de los consumidores, siendo los principales:
- Los usuarios buscan restablecer su bienestar y seguridad financiera, y más de la mitad de los encuestados afirman que piensan ahorrar más como resultado de la COVID-19.
- Aquellos que experimentaron las mayores dificultades financieras a causa de la pandemia pretenden minimizar el riesgo financiero y la incertidumbre en el futuro.
- Los consumidores más afectados son socialmente activos y valoran mucho la responsabilidad social en sus decisiones de compra de seguros.
Los resultados confirman que este es un momento de oportunidad para que la industria aumente su relevancia y viva su propósito desempeñando un papel crítico en la recuperación de los consumidores y de la economía en general, subraya EY.