La inflación social trae consigo efectos negativos para la industria aseguradora, ya que es un reto muy complejo de medir y predecir, lo cual podría afectar considerablemente la estabilidad financiera de una compañía ante una reclamación desmedida.
Así lo afirmó Rodrigo Guzmán, Senior Casualty Underwriter de Gen Re, durante su conferencia “Temas actuales y relevantes para suscriptores de Responsabilidad Civil en México y América Latina”, que fue organizada por la reaseguradora alemana en sus oficinas de Ciudad de México.
De acuerdo con el especialista, la inflación social se define como el aumento inesperado de los costos de las reclamaciones de seguros por tendencias de la sociedad (incremento en las sentencias recompensadas por la existencia de una cobertura de seguros).
Es un reto que ya está en el radar las agencias calificadoras que evalúan la estabilidad financiera de las aseguradoras. La inflación social es el resultado de elementos de comportamiento generacional y de cambios en las conductas sociales respecto a una compensación justa”, explicó Guzmán.
En opinión del ejecutivo de Gen Re, la inflación social no es propiamente el riesgo, pero altera los resultados financieros, ya que puede ocasionar que reclamos de cola larga se resuelvan con montos o sentencias más elevadas.
En esta situación, las reaseguradoras lo que pueden hacer es monitorear el desarrollo de los siniestros y reforzar la colaboración con las compañías de seguros para la atención de reclamos y a su vez tener un rol más activo”, recomendó Guzmán.
Por último, mencionó algunos factores que influyen en la inflación social, tales como el populismo, cambios en la visión de la responsabilidad social, desensibilización antes sentencias, desgaste de leyes de responsabilidad civil y el financiamiento de litigios.